Censura indirecta - Mafalda te lo cuenta


Censura

La palabra censura se remonta a la época romana, donde las personas se clasificaban según su fortuna y lo que debían pagar de impuestos acorde a la misma. Los encargados de dicha clasificación eran denominados censores y volcaban la información en una lista llamada censo.
Con el paso del tiempo, estos hombres fueron adquiriendo otras obligaciones tales como el control de la moral, de lo legítimo y las buenas costumbres, castigando a todo aquel que las infringiera.
De todas maneras, resulta casi imposible que alguien pueda decir con exactitud cuando esta práctica comenzó a suceder, ya que la censura y el control de la información probablemente sea inherente a la ambición y a la lucha del poder propia del ser humano.

Que consideramos nosotras por censura

La censura consiste en cualquier intento de prohibir la información, los puntos de vista o formas de expresión artística. Es un fenómeno existente en todo tipo de sociedades, ya sean autoritarias o democráticas, con el fin de mantener el status quo. En las sociedades autoritarias se da de manera explícita, a través de los organismos oficiales, mientras que en las sociedades que se jactan de ser democráticas se enmascara tras la supuesta libertad de expresión. La autocensura es el mayor logro de la censura, ya que permite que muchos funcionarios públicos se cubran diciendo que no hay censura previa (legislada), mientras las personas de ven condicionados de expresar o apoyar ciertas opiniones por temor a repercusiones negativas, ya sea perder su trabajo, credibilidad académica, etc. La autocensura siempre esta presente, y lo mas peligroso, es que se realiza de manera silenciosa, individual y no somos concientes de ella.
Quizás la siguiente frase perteneciente Erich Fromm (El miedo a la libertad) sirva a modo de condensación de nuestra idea de censura.
El derecho de expresar nuestros pensamientos, sin embargo, tiene algún significado tan sólo si somos capaces de tener pensamientos propios; la libertad de la autoridad exterior constituirá una victoria duradera solamente si las condiciones psicológicas son tales que nos permitan establecer una verdadera individualidad propia.”
Nuestra concepción sobre el mencionado termino también se relaciona con la definición presente en “El derecho a la información” de Eduardo Luis Duhalde y Luis Hipólito Alén, en el cual citando a Andrés Avellaneda destacan que el discurso que justifica la censura se asienta sobre dos grandes unidades: “la definición de cultura nacional” y “el estilo de vida argentino”. Por contraposición, los mencionados puntos marcan los objetivos que la censura trata de “atacar”.
Retomando el concepto de “cultura nacional” subordinada a la moral tiene tres conceptos específicos, pero en nuestro trabajo vamos a tomar uno principalmente, que es la identidad sexual cuyo prototipo es la familia.
La mencionada característica es la que nos abre el camino a la problemática que abordamos en el presente trabajo.

Objetivos del trabajo

Basándonos en nuestra concepción de censura, pretendemos entablar la relación existente entre la censura y la representación femenina en el marco de la producción literaria de dos generaciones muy distintas:
Mujeres de la generación décima que comprende los nacidos entre 1888-1902, cuya acción se vio plasmada entre 1940-1955: exponentes tales como Victoria Ocampo, Delfina Bunge, Norah Lange y Alfonsina Storni.
Mujeres de la generación cuya acción se ve reflejada en la actualidad, tales como Beatriz Sarlo y Maitena Burundarena. Debido a la proximidad histórica que nos vincula y que nos incluye, resulta difícil marcar los límites de manera clara y detallada. Al realizar este trabajo, decidimos incluir a mujeres nacidas antes de 1976, ya que consideramos que lo importante no son los años de su nacimiento, sino su adhesión a determinadas ideas fuerza y visión compartida de la realidad.
Siguiendo a Eliseo Verón, todo sistema productivo deja huellas en los productos, por eso nuestra idea se basa en reconstruir este sistema productivo (la representación de la mujer en el paradigma de cada la sociedad), a partir de la manipulación de esos productos (que serian las obras literarias de las escritoras). Nuestro objetivo es demostrar, a través de las producciones narrativas de diferentes mujeres argentinas de ambas generaciones, la cosmovisión imperante en cada época y como influía ésta en su obra. Si bien también podríamos haber elegido escritores hombres pertenecientes a ese rango histórico, decidimos abocarnos solo a las mujeres para ver como ellas mismas conciben y reflejan la realidad.

Escritoras cuya acción se vio reflejada entre 1940-1950

Para Juan Waldermar Wally, en cuanto a la labor artística, estética y cultural, la generación argentina de 1940 “constituyó una de las mayores riquezas de nuestra historia reciente”. Apoyándose en las corrientes literarias (“Florida”-“Boedo”), afirma que los integrantes de la generación décima, “impulsaron una profunda revolución estética a través de la ruptura de las formas consagradas, a partir de una nueva sensibilidad”. Ahí es donde se dejan ver grandes nombres de la literatura argentina, tales como Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Oliverio Girando, Roberto Arlt. Si bien algunas de las escritoras argentinas que también conforman la denominada “generación décima”, y que han sido mundialmente reconocidas son nombradas en el texto, no se realiza un análisis en profundidad de las mismas. La utilidad de analizar escritoras tales como Victoria Ocampo, Alicia Moreau de Justo, Alfonsina Storni y Norah Lange, permiten reconstruir imaginarios colectivos y señalar ciertas tensiones que atraviesan tales imaginarios.
El análisis de las formas simbólicas de violentamiento, de imposición de sentidos, cobra especial énfasis en la historia de las mujeres. Sus cuerpos, sus sufrimientos, gozos, proyectos y acciones han intentado responder a los mandatos de religiosos y científicos que les han dicho cómo son, de qué enferma, cómo sienten, qué desean. Hasta tal punto que sus vidas y subjetividades parecieran dar razón a tales discursos, cuando en realidad son su consecuencia y no su causa. (Historia de las mujeres en la argentina, Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S.A., 2000)
“La violencia a las mujeres -sostiene Marcela Lagarde- es una constante en la sociedad y en la cultura patriarcales. Y lo es, a pesar de ser valorada y normada como algo malo e indebido, a partir del principio dogmático de la debilidad intrínseca de las mujeres, y del correspondiente papel de protección y tutelaje de quienes poseen como atributos naturales de su poder, la fuerza y la agresividad.” (Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas, Universidad Nacional Autónoma de México, México 1997, Pág. 258)

Victoria Ocampo

Escritora argentina que contribuyó notablemente al desarrollo cultural del país. Proveniente de una familia aristocrática, donde primaban las tradiciones familiares, el único destino, casi inmodificable de las mujeres, era el matrimonio y, luego de él, el hogar y la maternidad. Desde niña mostró una marcada inclinación a la lectura sumada a su notable facilidad para adquirir conocimientos. Si bien nunca fue a la escuela, recibió una educación de la mano de profesores particulares que se acercaban a su casa para enseñarle las nociones básicas a las que podían acceder las mujeres de su clase social (un poco de aritmética, ortografía, historia, ciencias naturales y abundante música y catecismo).Por esta razón, su padre se lamentaba constantemente de que ella no hubiese nacido varón, para poder darle una carrera universitaria. Es que en este periodo histórico, se hacia vigente el denominado “discurso de la domesticidad”, expresado en las leyes, las ideologías políticas, la prensa periódica, el sistema educativo y la literatura, que definió la feminidad en la maternidad convirtiéndola en la única identidad “natural” para las mujeres. Este discurso legitima el hogar como el espacio femenino por excelencia, al tiempo que condena moralmente a aquéllas que lo abandonan para salir a trabajar.
En aquellos años, el trabajo femenino fuera del hogar era considerado como una situación de excepción que sólo era legitimado en caso de necesidad y que, por lo tanto, no otorgaba identidad a las mujeres, sino que atentaba contra su naturaleza. Tal vez en el ámbito artístico era donde mas se podían liberar estas mujeres, y aún así, muchas veces eran criticadas y consideradas extrañas o transgresoras. Capaz algo de cierto exista en esto, ya que en 1910, cuando las jóvenes solo salían de su casa para ir a misa con la mirada fija en el suelo, Victoria Ocampo se iba a las playas de Mar del Plata, (sin importar si era exclusiva para mujeres, que en esa época estaba separada de la de los hombres), y estaba donde realmente tenía ganas. Manejaba autos, bailaba tango, (que para algunos "era indecencia pura"), escribía y quería ser actriz. De esta manera, se ve demostrada la manera en que actuaba la censura, siempre tomada de un modo indirecto, ya que no les otorgaba las mimas posibilidades a hombres y mujeres, que muchas veces temían hablar por miedo al reproche.
Este ejemplo narrado por Victoria Ocampo (1980) demuestra la dificultad que encuentran estas mujeres a la hora de leer determinadas cosas:
Yo era una lectora fácil, también voraz y omnívora. Lo malo era que no podía ir a una librería a comprar cualquier libro que me interesara... Muchísimos libros estaban en el índex casero. Algunos de manera incomprensible,... Ejemplo de esta censura sin motivos aparentes fue el secuestro de mi ejemplar de De profundis (Oscar Wilde) encontrado por mi madre debajo de mi colchón, en el Hotel Majestic (París). Yo tenía diecinueve años. Por supuesto que hubo una escena memorable en que yo declaré que así no seguiría viviendo y que estaba dispuesta a tirarme por la ventana. Mi madre no se dejó inmutar por la amenaza, no me devolvió el libro y salió de mi cuarto diciendo que yo tenía compostura. Le di inmediatamente la razón, tirando medias por la ventana.
En 1916 conoce a José Ortega y Gasset (1883-1955) un filósofo español que la ayudó en la creación de una revista de ideas y cultura. En 1930 fundó la revista Sur, que se editó durante cuatro décadas.
José Ortega y Gasset y Victoria Ocampo mantenían un dialogo fluido y una mutua admiración. Sin embargo, hubo un tema que los enfrentó directamente: el papel de la mujer en la sociedad del mundo occidental. Mientras Ortega se manifestó desde una lógica patriarcal que defendía las relaciones desiguales y jerárquicas, Ocampo lo hizo desde una lógica feminista que proclamaba la igualdad de los términos.
Dirá Ortega la excelencia varonil radica (...) en un hacer; la de la mujer en un ser y en un estar. O con otras palabras: el hombre vale por lo que hace, la mujer por lo que es (Ocampo, 1924: 153). Con esta frase, intentaba decir que mientras el hombre tenga un mejor actuación en el mundo público, más atracción generará sobre la mujer quien a su vez estimularía, en calidad de ideal, ese actuar masculino. Dentro de este pensamiento fue analizada la mujer argentina en el discurso literario de la época, donde cada sexo-género tenía una función específica pero complementaria.
Como contraposición, la postura de Victoria sobre lo femenino se vio claramente desarrollada en una serie de artículos publicados hacia mediados de la década de 1930, donde se destacaba la censura de las mujeres a lo largo del tiempo:
Creo que, desde hace siglos, toda conversación entre el hombre y la mujer, (…) empieza por un no me interrumpas de parte del hombre. Hasta ahora el monólogo parece haber sido la manera predilecta de expresión adoptada por él (La conversación entre hombres no es sino una forma dialogada de este monólogo). Se diría que el hombre no siente o siente muy débilmente la necesidad de intercambio que es la conversación con ese otro ser semejante y sin embargo distinto a él: la mujer (Ocampo, 1984: 173).
El monólogo del hombre no me alivia ni de mis sufrimientos ni de mis pensamientos. ¿Por qué he resignarme a repetirlo? Tengo otra cosa que expresar. Otros sentimientos, otros dolores han destrozado mi vida, otras alegrías la han iluminado desde hace siglos (Ocampo, 1984: 174).

Delfina Bunge

Es otra de las escritoras reconocidas dentro del complejo campo cultural argentino de principios de siglo XX. Las mujeres quieren ser vistas de otra manera, desempeñar nuevos roles y esto se ve reflejado en el ámbito literario, donde asumen posiciones fuertes y contradictorias al modelo imperante. Es importante tener en cuenta que en cierto sector social, el campo intelectual era el único donde las mujeres eran alfabetizadas. Aun así, eran limitados los géneros que podían publicar (mayoritariamente poesías, diarios, memorias) y también eran limitadas a la hora de leer. Muchas veces, la mujer que escribía era ridiculizada y se consideraba que su esfuerzo era en vano, ya que nadie querría leer algo tan “cursi”.
Para dejar en claro esto, basta con leer lo que Fermín Estrella Gutiérrez (1928) publicó en la revista Nosotros a raíz de la aparición de Voz de la vida, la primera novela de
Norah Lange:

Con un asunto viejísimo, y valiéndose de un género literario ya fuera de moda, Norah Lange ha escrito un libro nuevo. Simple como un pensamiento de niño, el nudo de esta novela se deshace en nuestras manos desde las primeras páginas. Voz de mujer, voz de la vida, que en angustioso llamar se tiende hacia el oído del varón fuerte que la espera. El libro de Norah Lange no es más que eso. Y para ser más de corazón a corazón, lo ha escrito en cartas.
Toda producción nos permite transladarnos al momento en que fue elaborada, esta mujer a traves de sus escritos, reproduce el mundo en el que estaba incerta. Así es como en Cuadernos de Infancia (otro de sus escritos), Lange construye la historia familiar a partir de su micro universo: un padre distante de sus hijas, donde no se registran conversaciones entre ellos; una madre dedicada a la costura y a labores domésticos y si bien la madre expresaba su cariño, el mundo de los niños alejado del de los adultos (comen en mesas separadas, no se juega ni se conversa con ellos).

Alfonsina Storni

Legendaria poetiza luchadora por la emancipación de la mujer. Entre literatura femenina y emancipación hay vínculos estrechos: una gran literatura femenina es posible con una emancipación avanzada, y, a la inversa, la emancipación debe mucho a las escritoras femeninas. ( Hans-Otto Hill, “Provocación, lucidez y marginalidad en la obra de Alfonsina Storni”)
Es feminista en todo, no se limita solo a la autodeterminación sexual y a través de sus ensayos y escritos publicados en la revista La nota y el diario La nación, deja claro que concibe a la sociedad argentina como machista y retrógrada.
En Las poetizas americanas, Alfonsina hace un balance de la literatura femenina en la que ella misma estaba inserta, y valora mucho a algunas escritoras uruguayas, y a las argentinas Delfina Bunge, Rosa García Costa y Amanda Zucchi, afirmando que la condición de la mujer, impide todavía que sea una gran novelista. Luchaba por que la tolerancia y las libertades de todos, y en especial la de las mujeres
¡Eh obreros! Traed las picas!
Paredes y techos caigan.
Me mueva el aire la sangre,
me queme el sol las espaldas.
Mujer soy del XX (…)
(Siglo XX)
El 9 de mayo de 1920, en la primera página de la segunda sección del diario La Nación, una columna firmada por Tao Lao, pseudónimo de Alfonsina Storni, sostenía:
“Si de 7 a 8 de la mañana se sube a un tranvía se lo verá en parte
ocupado por mujeres que se dirigen a sus trabajos y que distraen su viaje
leyendo.
Si una jovencita lectora lleva una revista policial, podemos afirmar que
es obrera de fábrica o costurera; si apechuga con una revista ilustrada de
carácter francamente popular, dactilógrafa o empleada de tienda; si la
revista es de tipo intelectual, maestra o estudiante de enseñanza secundaria,
y si lleva desplegado negligentemente un diario, no lo dudéis ... consumada
feminista (…)”.
Las mujeres se encontraban muy limitadas y censuradas a la hora de escribir o leer. Los ejes argumentativos debían desarrollarse en torno a pasiones amorosas, exitosas o frustradas, que alejan a las protagonistas y a las lectoras de las tareas cotidianas que realizaban (como ir a trabajar). Y tal cual se puede apreciar, lo que cada mujer elegía a la hora de leer, era un factor determinante del “tipo de mujer de la que se trataba”. Así, se catalogaba de feministas a las mujeres escritoras que no querían seguían los cánones impuestos por la sociedad patriarcal. Eran las transgresoras, las desafiantes, y generalmente tenían una fuerte vinculación con la política.

Escritoras cuya accion se ve reflejada en la actualidad


La sociedad de las autoras que vamos a tratar a continuación, es decir nuestra sociedad, se caracteriza por la “libre elección”. Como citamos al comienzo la censura, no es precisamente directa o legislada, esta se impone en el “modo de vida”.
Hoy en día, las mujeres no son privadas de acceder a la educación, y supuestamente no existen trabas para que las mismas accedan a puestos de jerarquia en diferentes empresas y organismos (aunque la realidad muchas veces nos brinda ejemplos para dudar de dicha igualdad). Pero conjuntamente con estas nuevas libertades que les fueron otorgadas, las mujeres( en su mayoría) no se han desligado del espacio dómestico, lugar que siempre les fue encomendado.
El género femenino además de encontrarse bajo las mismas exigencias que sus compañeros del género opuesto, cuentan con una doble carga. Además de tener que realizar las mismas tareas que ellos, tienen que demostrar, en cierta manera, que la igualdad que se le ha concedido, no ha sido en vano. Por último como si fuera poco la sociedad cuenta con un ideal de belleza, que termina siendo en muchos casos un factor de presión muy grandes para ellas, para nosotras. Si bien, se podría decir, que todo lo anteriormente dicho es en realidad bastante relativo ya que no todas las personas, ni en todos los ámbitos, se tiene dicha concepción de la mujer...es evidente que si nos tomamos el trabajo de revisar el ámbito, de los medios de comunicación, podemos notar que en muchos de estos el discurso que predomina es en cierta menera sexista. La mujer, pero no solo desde la mirada masculina, sino también desde la propia y la de sus pares, considera que debe además de cumplir con sus tareas cotidianas, debe ser una mujer perfecta. Las revistas dedicadas a ellas (a nostras), nos dan consejos para ser buenas novias, amantes o esposas. Para ser buenas madres y a la vez ser exitosas ejecutivas. Y en especial ser todo lo que enumeramos antes, sin descuidar nuestra femeinidad, debiendo simpre estar en forma, esbeltas y bellas. Nuestra generación se encuentra atravezada, entre muchos otros factores, por un concepto de belleza que nos exige y hasta cierto punto determina. Las obras que seleccionamos, tanto la de Beatriz Sarlo, como la de de Maitena, dan cuenta de la presión que todo lo enunciado genera. Pero no solo de manera exterior a las mujeres , ya que dicho ideal se ha internalizado y naturalizado de una manera que en muchos casos lo vuelve imperceptible.


Beatriz Sarlo

Es profesora de literatura argentina en la facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires y cuenta en su currículum con numerosos cursos dictados en el exterior. Algunas de sus obras son: El imperio de los sentimientos (1985), Una modernidad periférica (1988), La imaginación técnica, sueños modernos de la cultura argentina (1992), Borges, a writer on the Edge (1993), Martín Fierro y su crítica (1994), Escenas de la vida posmoderna; Intelectuales, arte y videocultura (1994), entre otras.

Su trabajo ha estado avocado principalmente al estudio de la literatura popular sentimental, historia del periodismo y de los medios de comunicación, cine y cultura de masas en relación con la producción artística, con un enfoque dirigido a al rol de los intelectuales.

Para indagar sobre la imagen que Sarlo elabora (o que extrae de la realidad) en lo referido a la representación de la mujer, tomaremos fragmentos del libro"Ensayos de la vida posmoderna”(Sarlo, 2004). La elección de ésta obra en particular nos pareció muy atractiva, ya que en ella no sólo hayamos presente la imagen de la mujer, sino que también se explaya sobre la caracterización de una sociedad en la cual si bien hay “una libre elección” no siempre ésta es utilizada.

Para comenzar definiremos lo que la posmodernidad significa para la autora en cuestión. La sociedad posmoderna se construye sobre la contradicción de la reproducción clónica de necesidades con la fantasía de que satisfacerlas es un acto de libertad y de diferenciación. Si bien destaca que todas las sociedades se han caracterizado por la reproducción de deseos, mitos y conductas (porque de ellas depende la continuidad), esta sociedad lo lleva a cabo con la idea de que esa reproducción pautada es un ejercicio de la autonomía de los sujetos. Para ella la homogeneización cultural en estos tiempos recae sobre las consignas de la libertad de elección.

Si bien la totalidad de la obra no trata sobre la representación femenina en ciertos fragmentos se puede observar la construcción que realiza de las mujeres e este tipo de sociedades. A modo de ejemplo tomaremos el apartado segundo "Mercado”, del primer capítulo. Éste consiste en la descripción sobre una disputa familiar: el conflicto es el regalo de quince que tendrá la hija del matrimonio. La hija reclama una operación para agrandarse el busto (primer dato: la importancia del aspecto físico como centro de una problemática, no sólo femenina sino también en una franja etarea que no acostumbraba desde tan temprano a caer este tipo de preocupaciones, y que tampoco se encontraba con la posibilidad de presentar dichas “exigencias”). En un momento la chica ante la negativa del padre (negativa que se basa en el costo de la operación pero no en lo que la operación consiste y lo significa en sí misma), la hija alega de que el que no accedan a su pedido va a ser un motivo de exclusión social, lo que redundaría en que luego va a tener que gastar en terapia, y lo más llamativo que expresa es que sin la operación , no va a poder trabajar de nada cuando sea grande ( segundo dato: la estética corporal como “valor”, como “fuente de trabajo” y como “acceso al mundo”). A continuación se introduce la voz de la madre en la escena, comienza la enumeración por parte de la hija de todas las operaciones de la madre en el transcurso de los últimos años (tercer dato: miedo al paso del tiempo, ocaso de la juventud y pérdida de la belleza como un riesgo).




Maitena

En la medida en que el ser humano es capaz de reírse de sus pequeñas tragedias cotidianas y no tomarse la vida tan en serio, recibe en retribución una suerte de medicina que lo ayuda a seguir adelante, a poder asumir lo nuevo que traiga la realidad.
Sea cual sea la razón, la verdad sazonada con el humor parece mas letal que la verdad cruda, puesto que este elemento (el humor) logra el milagro de que bajemos nuestras defensas, las corazas y nos hace pensar o por lo menos tomar en cuanta cosas que ya sea por fuerza o necesidad no estamos dispuestos a admitir, en el caso de las tiras cómicas de Maitena, la búsqueda de encontrar en lo cotidiano, un motivo para reír y también para pensar.

Entrenada, quizás, por sus primeros trabajos en los que desarrollaba series de comics eróticos, logro desarrollar lo que ella misma denomina un lado masculino fuerte, en el que por lo visto basa mucho de su éxito, ella es fuerte y al momento de desarrollar su trabajo, tiene los pantalones bien puestos y se la “banca”, elemento que la a ayudado a ir creciendo cada vez mas, desde sus inicios en su juventud como madre a los 17 de su primera hija y otro a los 20, se le impuso la necesidad de hacer algo, pero ¿Qué?.

La realidad tiene como siempre muchas lecturas, la virtud de Maitena consiste justamente en lograr, según palabras de la autora, contar lo cotidiano, hablando de mujeres a partir de si misma, en ese sentido, nunca tuvo la sensación de autocensura, desnudando la fragilidad de su propia vida cotidiana, dejando claro que todo lo que cuenta tiene que ver con lo que a ella le pasa, pues no hay tema del que ella conozca sobre el que no haya realizado alguna tira, exceptuando algunos de los cuales no le nace hablar, como el aborto o los desaparecidos por ejemplo.

En la medida en que fue desarrollando su trabajo y después de verse obligada a hacer muchos trabajos, por la necesidad económica, logró encontrar una veta creativa que la lleva a explorar sus posibilidades, encontrando cada vez más satisfactorio el hecho de poder contar e ilustrar temas variados, con mucho humor y cada vez con más profundidad, probablemente a eso se debe el “éxito” de esta autora que encuentra su público tanto en este continente como en el viejo mundo, escribiendo a corazón abierto a mujeres siempre únicas y diferentes pero a las que les pasan las mismas cosas.
Se podrían definir de muchas formas el trabajo de Maitena, desde lo contestatario a lo vanguardista, tanto por sus trazos característicos y textos mordaces, sin embargo lo que mejor la refleja es la honestidad que encuentra en sus personajes, más aun tomando en cuenta que muchas de sus tiras se publican en diarios que reflejan lo dramático de la realidad, y la suya es una ventana mas bien hacia el interior, para provocarnos con su estilo desenfadado el hecho de mirarnos en un espejo y esbozar una sonrisa y también una autocrítica.

“Las mujeres no son todas iguales pero les pasan las mismas cosas”, existe una importancia fundamental en el trabajo de Maitena en el sentido de poder proyectar, en palabras de la autora. “Su pequeña aldea de mujer y su pequeño mundo femenino, rodeada de lo que conoce y de lo que le pasa.” Es a partir de esta honestidad pero por sobre todo, desde el planteamiento de reflejar su cotidiano que encontró la forma de conectarse con sus lectores alrededor del mundo, dejándonos como legado un hecho fundamental, que si somos capaces de mirar a nuestro alrededor encontraremos que siempre existe algo que contar.
A medida que se desarrolla Maitena, va encontrando temáticas en las que quiere ahondar, la serie de “Mujeres Alteradas”, “Superadas” y “Curvas peligrosas”, tienen que ver con eso, trascienden con mucho la obligación de hacer el “trabajo” asalariado cotidiano, que por tener un carácter de obligatoriedad, no siempre producen “tanta” satisfacción, como lograr algo que salga más de adentro, algo que te haga pensar, que es al fin y al cabo la finalidad del arte.

En otro tiempo seria impensado, imaginarse una tira cómica como la de Maitena que trasciende el facilismo del humor feminista, llegando a la autocrítica dura, para alcanzar a la masa de la sociedad mostrándonos como en un espejo de la vida cotidiana, virtudes olvidadas y defectos solapados. El amor, la soledad, la vida y la muerte, a partir de un punto de vista muy original y femenino, son las herramientas que usa esta artista para trascender en su época, caminando y creando sendas que estaría bueno aprender a recorrer, buscando a la vez crear nuevas sendas por nuestra cuenta.

Lo más interesante, es que Maitena cree no ser victima de la autocensura, cuando ésta en realidad actúa agazapada, de manera invisible y definitivamente es imposible huir de ella. Sus personajes, al ser extraídos de la realidad misma, son representaciones de lo que para la sociedad son las mujeres, son presos del estilo de vida. En el caso de la tira elegida, cada mujer es vista de cierta manera según con el hombre que salga, eso es una especie de rotulo social.
La clave al parecer esta en poder mostrar nuestras ideas y puntos de vista claramente, puesto que la censura, provenga de donde provenga, esta siempre presente y lo estará mientras existan intereses creados, disputas de poder y desigualdad social, lo importante radica en tomar conciencia de la coyuntura que nos rodea, aprovechar los espacios de expresión, mirar la realidad y ser honestos con el día a día, sin destruirnos en el intento.

Conclusiones

A principios del siglo XI en Coventry,Lady Godiva paseaba su cuerpo desnudo por las calles de su ciudad, con la única finalidad de que su esposo rebajara los impuestos de una ciudadanía sumida en su pobreza y desencanto.
La idea de desnudar el cuerpo de esta noble mujer adquiere un notable sentido desde la leyenda para todos nosotros, por que siempre lograr un cambio trae consigo no pocos riesgos, que requieren de nuestra parte compromiso y acción.

La censura es algo real y cotidiano, ideado e instrumentado desde los mas altos intereses, cuyo único objetivo es apuntalar un sistema que se desmorona a pedazos y ocultar las verdades que nos rodean y que es necesario dar a conocer, con mayor énfasis y en mayor dimensión, son muchos los obstáculos, sin embargo tendremos que encontrar la formula para sortearlos, a través de la denuncia, la critica y la creación de nuevos paradigmas para nuestra época.
El peligro radica en dejarnos absorber por el establishment y caer en la tentación de ir contra la corriente tratando de crear cambio por posición, que es una opción, pero lo ideal seria lograr crear cambios por transformación, por que esta es la necesidad de una sociedad toda, que mas que nunca necesita la contribución de todos para poder transformarla.
Lady Godiva desnudó su cuerpo para lograr un cambio, dispongámonos entonces también desnudar el alma tal como vimos que lo hicieron en el desarrollo del trabajo, estas mujeres adelantadas que marcaron senderos, nuevas perspectivas y aperturas. Las mujeres pertenecientes a la generación décima, fueron víctimas de una censura mucho mas explicita, basada en la sociedad patriarcal, donde los hombres eran los que podían opinar sobre cualquier tema, estudiar y trabajar entre otras cosas. La maternidad y el cuidado del hogar eran el objetivo "natural" por el solo hecho de ser mujer. Las mujeres necesitaban ser vistas de otra manera, desempeñar nuevos roles y ésto se ve reflejado en el ámbito literario, donde asumen posiciones fuertes y contradictorias al modelo imperante. Hoy en día, si bien las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, pueden estudiar, trabajar, postularse para la política y demás, la mujer debe cargar con una doble preocupación: desarrollarse profesionalmente y cuidar de la casa y la familia. De la obligación ancestral no se puede despreocupar (posición muy distinta a la del padre, que si está todo el día trabajando y ve poco y nada a sus hijos no será juzgado por la sociedad) y del hecho de desarrollarse académicamente o profesionalmente también, ya que generalmente no sólo es algo que la mujer desea, sino que la sociedad también lo espera. La mujer ha luchado mucho por la reivindicación de sus derechos y ha demostrado ser muy eficaz, razón por la cual debe dejar explícito que esta larga lucha no ha sido en vano. Más allá de todos estos cambios culturales, sin duda beneficiosos, la mujer sigue siendo víctima en reiteradas ocasiones de censura, ya sea por parte de sus pares, sus hijos o su marido. Es mal visto en la mujer diga ciertas palabras o se comporte de determinada manera. Tal vez, lo más claro para ejemplificar esto, es aquella mujer que tiene muchos amantes a la vez. La mujer en esta condición muchas veces será catalogada de “atorranta”, “prostituta”, “rapidita” e infinidad de sinónimos, mientras que el hombre que tenga muchas mujeres será catalogado como “ganador”, “winer” etc. Este ejemplo, si se quiere bastante simple y común, deja lugar a la duda acerca de la completa igualdad entre hombres o mujeres, ya que es imposible escapar a los prejuicios, esteriotipos e ideas reinantes en cierto paradigma.
Hoy en día aspirar a cambiar y afectar con nuestro cambio solo al lugar en el que estamos, es cerrarnos las puertas de un mundo globalizado que busca respuestas, tendríamos que proyectarnos a creer en cambios mayores, sin embargo por algún lugar hay que empezar, que tal nosotros mismos, que tal mirando a nuestro alrededor, siendo tolerantes, y definiéndonos solo como seres humanos, que somos únicos e independientes cada uno de los demás, pero que tenemos mas en común de lo que pensamos.
El desafió de este tiempo es ¿Qué hacemos con lo conseguido hasta ahora? y ¿Cómo aprovechamos los espacios logrados? ¿Como apuntamos hacia un cambio que en general sea un aporte para una humanidad? Sumida en la depresión, pobreza y sin razón, qué clase de sociedad queremos dependerá de cómo asumamos cada uno de nosotros el reto de transformarla, ahora no son los impuestos, son la violencia en la familia, la contaminación ambiental, la delincuencia, la pobreza y la injusticia social, la acumulación del capital de parte de unos pocos y por ende la apropiación de los medios masivos de comunicación que responden a intereses creados que crean una ilusión de vida y verdad, cuando es necesario contar que en la vida real, la gente no es tan glamorosa y feliz.