Conclusiones

A principios del siglo XI en Coventry,Lady Godiva paseaba su cuerpo desnudo por las calles de su ciudad, con la única finalidad de que su esposo rebajara los impuestos de una ciudadanía sumida en su pobreza y desencanto.
La idea de desnudar el cuerpo de esta noble mujer adquiere un notable sentido desde la leyenda para todos nosotros, por que siempre lograr un cambio trae consigo no pocos riesgos, que requieren de nuestra parte compromiso y acción.

La censura es algo real y cotidiano, ideado e instrumentado desde los mas altos intereses, cuyo único objetivo es apuntalar un sistema que se desmorona a pedazos y ocultar las verdades que nos rodean y que es necesario dar a conocer, con mayor énfasis y en mayor dimensión, son muchos los obstáculos, sin embargo tendremos que encontrar la formula para sortearlos, a través de la denuncia, la critica y la creación de nuevos paradigmas para nuestra época.
El peligro radica en dejarnos absorber por el establishment y caer en la tentación de ir contra la corriente tratando de crear cambio por posición, que es una opción, pero lo ideal seria lograr crear cambios por transformación, por que esta es la necesidad de una sociedad toda, que mas que nunca necesita la contribución de todos para poder transformarla.
Lady Godiva desnudó su cuerpo para lograr un cambio, dispongámonos entonces también desnudar el alma tal como vimos que lo hicieron en el desarrollo del trabajo, estas mujeres adelantadas que marcaron senderos, nuevas perspectivas y aperturas. Las mujeres pertenecientes a la generación décima, fueron víctimas de una censura mucho mas explicita, basada en la sociedad patriarcal, donde los hombres eran los que podían opinar sobre cualquier tema, estudiar y trabajar entre otras cosas. La maternidad y el cuidado del hogar eran el objetivo "natural" por el solo hecho de ser mujer. Las mujeres necesitaban ser vistas de otra manera, desempeñar nuevos roles y ésto se ve reflejado en el ámbito literario, donde asumen posiciones fuertes y contradictorias al modelo imperante. Hoy en día, si bien las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, pueden estudiar, trabajar, postularse para la política y demás, la mujer debe cargar con una doble preocupación: desarrollarse profesionalmente y cuidar de la casa y la familia. De la obligación ancestral no se puede despreocupar (posición muy distinta a la del padre, que si está todo el día trabajando y ve poco y nada a sus hijos no será juzgado por la sociedad) y del hecho de desarrollarse académicamente o profesionalmente también, ya que generalmente no sólo es algo que la mujer desea, sino que la sociedad también lo espera. La mujer ha luchado mucho por la reivindicación de sus derechos y ha demostrado ser muy eficaz, razón por la cual debe dejar explícito que esta larga lucha no ha sido en vano. Más allá de todos estos cambios culturales, sin duda beneficiosos, la mujer sigue siendo víctima en reiteradas ocasiones de censura, ya sea por parte de sus pares, sus hijos o su marido. Es mal visto en la mujer diga ciertas palabras o se comporte de determinada manera. Tal vez, lo más claro para ejemplificar esto, es aquella mujer que tiene muchos amantes a la vez. La mujer en esta condición muchas veces será catalogada de “atorranta”, “prostituta”, “rapidita” e infinidad de sinónimos, mientras que el hombre que tenga muchas mujeres será catalogado como “ganador”, “winer” etc. Este ejemplo, si se quiere bastante simple y común, deja lugar a la duda acerca de la completa igualdad entre hombres o mujeres, ya que es imposible escapar a los prejuicios, esteriotipos e ideas reinantes en cierto paradigma.
Hoy en día aspirar a cambiar y afectar con nuestro cambio solo al lugar en el que estamos, es cerrarnos las puertas de un mundo globalizado que busca respuestas, tendríamos que proyectarnos a creer en cambios mayores, sin embargo por algún lugar hay que empezar, que tal nosotros mismos, que tal mirando a nuestro alrededor, siendo tolerantes, y definiéndonos solo como seres humanos, que somos únicos e independientes cada uno de los demás, pero que tenemos mas en común de lo que pensamos.
El desafió de este tiempo es ¿Qué hacemos con lo conseguido hasta ahora? y ¿Cómo aprovechamos los espacios logrados? ¿Como apuntamos hacia un cambio que en general sea un aporte para una humanidad? Sumida en la depresión, pobreza y sin razón, qué clase de sociedad queremos dependerá de cómo asumamos cada uno de nosotros el reto de transformarla, ahora no son los impuestos, son la violencia en la familia, la contaminación ambiental, la delincuencia, la pobreza y la injusticia social, la acumulación del capital de parte de unos pocos y por ende la apropiación de los medios masivos de comunicación que responden a intereses creados que crean una ilusión de vida y verdad, cuando es necesario contar que en la vida real, la gente no es tan glamorosa y feliz.

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